Concluye la campaña antirrábica en Ceuta con cerca de 8.000 animales vacunados

La campaña de vacunación antirrábica en Ceuta, desarrollada entre el 8 de junio y el 8 de agosto, se halla en su recta final para proporcionar en estas fechas la segunda dosis a los ejemplares que la recibían por primera vez, y arroja resultados positivos, ya que ha llegado a cerca de 8.000 animales entre perros, gatos y hurones con la colaboración de nueve centros clínicos veterinarios.

La labor constante de vacunación se viene relizando desde hace más de veinte años gracias a la colaboración del Gobierno de la ciudad autónoma, en concreto de la Consejería de Sanidad, y el Colegio de Veterinarios de Ceuta, con la ventaja de resultar gratuita para los propietarios. Según señala Francisco Gutiérrez Sánchez, presidente del Colegio, la cifra supera con creces "el colchón inmunitario que establece la OMS como seguro para esta zoonosis, fijado en el 70% de los animales".

En la actualidad, Ceuta cuenta con un censo de 7.500 perros, unos 3.000 gatos y apenas una veintena de hurones, especies en las que la vacunación es obligatoria. "Conviene destacar el trabajo realizado por los compañeros clínicos veterinarios, los propietarios responsables y concienciados ante la enfermedad, y las autoridades de la ciudad autónoma", explica Gutiérrez, quien resalta que en los últimos años no se ha detectado ningín caso de rabia en mascotas censadas en la ciudad.

Cercanía a Marruecos

"Los mecanismos de control funcionan. En España es rara la aparición de casos, pero nuestra cercanía a Marruecos, país donde la enfemedad tiene carácter endémico, obliga a incrementar los esfuerzos de vigilancia. Ha habido algún caso esporádico, como el ocurrido en junio de 2019 y otro en enero pasado en Melilla, pero siempre animales enfermos que llegan del otro lado de la frontera", precisa el presidente del Colegio.

En España, la rabia se considera una zoonosis eliminada, no erradicada, que exige continuar con las medidas de control, "porque factores como la globalización, la facilidad de viajar en horas a lugares muy lejanos y la reducción de límites de entrada y salida representan un claro riego sanitario a la hora de importar cualquier enfermedad", asevera Gutiérrez, partidario de extender la obligatoriedad de la vacuna a las diecisiete comunidades autómomas "por responsabilidad".