Jabalíes descansando en el arenero de un parque infantil
La Organización Colegial Veterinaria (OCV) y la Asociación Nacional de Veterinarios Porcinos (ANAVEPOR) consideran que los protocolos de control y vigilancia puestos en marcha en la provincia de Barcelona desde el pasado jueves, tras la aparición de peste porcina africana en varios jabalíes, son los adecuados para contener el foco. Además, señalan la necesidad de esperar a conocer el origen exacto del virus, que ya se está investigando, y la influencia de la fauna silvestre al actuar como reservorio de enfermedades.
Los veterinarios recuerdan que en la mayoría de los países europeos donde ha llegado la PPA en los últimos años, como Alemania, Suecia o Italia, ha sido a través del jabalí presente en zonas periurbanas donde ingiere restos de comida humana, como puede haber sucedido en este caso.
“Este hecho no es casual, porque refleja el importante papel de la fauna silvestre, con especies que no dejan de aumentar su población como el jabalí. Representan un reservorio de enfermedades que se transmiten a la ganadería y que obliga a reforzar las medias de bioseguridad en las explotaciones y el transporte, así como la vigilancia epidemiológica”, aseguran los veterinarios.
En este sentido, recuerdan que la detección temprana de los dos primeros casos en Bellaterra demuestra que la gestión de sanidad animal funciona, “con un foco muy localizado y controlado alrededor del cual se establecen los radios de seguridad”, y que la colaboración entre agentes ambientales, cazadores, efectivos de la UME y otros profesionales incoerporados hoy al dispositivo resulta fundamental para que ese núcleo de jabalíes no se disperse.
Prevención y esfuerzo conjunto del sector
Tanto la OCV como ANAVEPOR, asociación que reúne a cerca de 1.300 veterinarios especialistas en porcino, subrayan que la sanidad animal y la seguridad alimentaria en España se sustentan sobre sistemas solventes y muy fiables, “de manera que aplicando las medidas recogidas en los protocolos, como ya se está haciendo, será posible controlar este brote, gracias al trabajo serio de prevención que desarrollan veterinarios, ganaderos y funcionarios de distintas administraciones”.
Este esfuerzo coordinado es el que permitió erradicar la enfermedad del territorio nacional en 1994. Además, conviene recordar el alto grado de profesionalidad del sector porcino que le convierte en el puntero de la ganadería española, por su compromiso con la innovación, la sostenibilidad y el bienestar animal, un avance al que los veterinarios han contribuido de manera decisiva.