El Colegio de Veterinarios de Lugo traslada su preocupación ante la expansión de la dermatosis nodular contagiosa bovina por el noreste peninsular, con cerca de una veintena de focos activos en la provincia de Girona a finales del mes de octubre.
Para evitar el avance del virus en el caso de que se produzcan casos en comunidades autónomas vecinas a Galicia, con una elevada cabaña de ganado bovino, la entidad aboga por la vacunación preventiva como principal herramienta para combatir una enfermedad con graves consecuencias a nivel biosanitario y económico, al tiempo que incide en la importancia de diferenciar los procedimientos de vacunación para tomar las medidas más precisas y efectivas.
En este sentido, José Antonio Fernández, responsable del Departamento Técnico y de Formación de la Junta Directiva del Colegio, se apoya en el artículo 7 del Reglamento delegado de la Comisión 2023/361 para explicar los tipos de vacunas que contempla la ley para enfermedades de la categoría A, a la que pertenece la dermatosis nodular.
“Este artículo distingue entre la vacunación supresora de urgencia, que se aplica a los animales que van a ser obligatoriamente sacrificados; la preventiva de urgencia, que se aplica a todas las granjas alrededor del foco confirmado de la enfermedad sin obligar al sacrificio; y la preventiva, que se administra en zonas que no están afectadas”, señala Fernández.
A este respecto, aclara que “en cualquiera de los tres casos se utiliza una vacuna viva atenuada basada en la cepa tipo Neethling”, lo que “puede provocar un proceso de recombinación genética que dé lugar a nuevas cepas del virus, aunque no podemos afirmar que vayan a ser más virulentas”.
Generar inmunidad
En este escenario, Fernández asegura que “si se utiliza la vacunación preventiva antes de que circule el virus de campo se ataja este problema, ya que se genera una inmunidad” con una alternativa que solo es viable “en animales sanos, puesto que vacunando animales infectados podemos provocar una enfermedad más grave”.
Asimismo, el colegiado lucense apela a la “vigilancia” por parte de “la Administración autonómica y estatal” para actuar con celeridad “en caso de que se compruebe que los focos conocidos en Cataluña se vayan expandiendo a las comunidades vecinas”, dado que “vacunando con suficiente antelación de forma preventiva frenaríamos la introducción del virus, evitando en gran medida los sacrificios de animales”.
Al margen de esta opción, existen otros dos tratamientos alternativos que podrían ayudar a contrarrestar esta enfermedad: por un lado, se han desarrollado vacunas inactivadas, que paliarían los efectos secundarios y la recombinación, pero no están comercializadas. Por otra parte, con respecto a las vacunas marcadas, que permiten diferenciar entre los animales vacunados y los infectados por el virus de campo, Fernández García señala a la “gran inversión para su investigación” y la “falta de tiempo” como sus principales inconvenientes.