A escasas fechas de los treinta días sin casos de Dermatosis Nodular Contagiosa (DNC), y con el debido margen de cautela, es oportuno manifestar un cierto grado de optimismo al comprobar que la estrategia de lucha contra la enfermedad basada en diversas medidas de contención y vigilancia está funcionando, un logro en el que la profesión veterinaria resulta fundamental. En efecto, desde la última actualización oficial del pasado 7 de noviembre, los Servicios Veterinarios Oficiales de la Generalitat no han notificado nuevos focos en Cataluña, y la situación en España se mantiene localizada en la provincia de Girona, con 17 focos notificados hasta el día 20 de noviembre.
Así, las restricciones de movimiento del ganado –en círculos de 20 kilómetros con inmovilización y zonas de vigilancia de hasta 50 kilómetros-, la notificación rápida y la política de control han ayudado a mantener la enfermedad confinada en la comarca del Alt Empordà y áreas cercanas. No se ha detectado expansión fuera de Girona desde las últimas comunicaciones. Esta contención, junto con la vacunación masiva de emergencia, ha sido clave para estabilizar la situación.
En la gestión sanitaria está teniendo un particular peso el criterio técnico veterinario. La respuesta se ha basado en criterios estrictamente científicos y de seguimiento del reglamento. Dicho protocolo activó grupos científicos y equipos de veterinarios especializados que asesoraron las decisiones (controles, zonas, vacunación y medidas de protección) y trabajaron de forma estrecha con la Generalitat. Este liderazgo veterinario y científico ha sido determinante para el éxito de la estrategia. Desde el Consejo de Colegios Veterinarios de Cataluña, el grupo de trabajo de compañeros especializados en vacuno con representantes de los cuatro colegios provinciales está desempeñando un papel esencial, llevando a cabo una labor destacada en el asesoramiento, la planificación y ejecución de la campaña de vacunación.
Según la información disponible, en Girona se han administrado ya entre 110.000 y 125.000 dosis en las primeras semanas de campaña, con 60 equipos veterinarios movilizados. La mayor parte de las dosis se han concentrado en esta provincia, ya que todos los focos detectados estaban allí. La Generalitat amplió también áreas para vacunar, con un objetivo que abarca cientos de miles de animales en zonas de riesgo. Además, se han vacunado animales en comarcas limítrofes de Aragón con el fin de proteger sobre todo las explotaciones de reproducción tanto de carne como de leche. Los veterinarios ponen especial atención en observar si se producen efectos adversos a la hora tras la vacunación, con el fin comunicar lo antes posible con el formulario de la tarjeta verde a la AEMPS.
Ante desafíos como el que representa esta enfermedad, una vez más comprobamos la tarea fundamental que desarrollan los veterinarios de campo, primer escalón de la sanidad y el bienestar animal, la seguridad alimentaria y la salud pública. Y como tal debemos reconocerlo. La campaña ha requerido equipos móviles trabajando muchas horas, con vacunaciones masivas, controles de bioseguridad y aplicación de restricciones. Son precisamente ellos quienes permiten la detección precoz, la contención y la inmunización directa en las granjas. Sin su despliegue y su capacidad operativa, la respuesta habría sido mucho menos eficaz. Las autoridades han reconocido públicamente este esfuerzo, que es también ejemplo de colaboración público/privada y demuestra el éxito del trabajo en estos casos.
Apelar a la prudencia
La dermatosis se transmite principalmente por insectos hematófagos (mosquitos, tábanos) y contacto directo con animales enfermos. En general, la actividad de estos vectores disminuye con temperaturas más bajas, lo que suele reducir la velocidad de transmisión. Por tanto, la llegada del frío puede ayudar a frenar la progresión estacional. Aun así, la presencia de animales susceptibles y la circulación previa del virus hacen necesaria la vigilancia continua y la vacunación. El pronóstico es moderadamente optimista —menor riesgo de expansión rápida en invierno— pero todavía hay que apelar a la prudencia.
Los datos epidemiológicos europeos indican que los brotes aparecieron primero en Francia (y también en Italia) antes de detectarse en Girona. La transmisión por vectores no respeta límites administrativos, lo que demuestra la necesidad de una vigilancia transfronteriza y estrategias coordinadas. Este episodio refuerza la importancia del enfoque One Health: la estrecha relación entre salud animal, salud pública y medio ambiente. Las medidas aplicadas en Cataluña muestran que la prevención y la respuesta rápida son eficaces, como insistimos los veterinarios, pero también que resulta imprescindible la cooperación internacional para evitar reintroducciones.