La apertura de dos nuevas facultades de Veterinaria en Salamanca y Valencia, prevista para los dos próximos años y en ambos casos promovidas por Universidades públicas, así como la reclamación de contar con esta titulación superior desde algunas instancias de Castilla La Mancha, suponen una situación insostenible que no se ajusta en absoluto a las necesidades reales del mercado laboral en el sector de la veterinaria.
Al respecto, la Organización Colegial Veterinaria (OCV) resalta que estos proyectos pretenden justificarse principalmente por la falta de profesionales en el medio rural, sin tener presente que nuestro país cuenta ya con la mayor oferta universitaria de la Unión Europea. Una postura que comparten la Conferencia de Decanos y el Consejo Nacional de Estudiantes de Veterinaria.
La Organización reitera su inquietud por una tendencia clara de proliferación de Universidades donde se imparte el grado, quince en la actualidad, de las que salen unos 1.500 egresados cada año, muchos de los cuales tienen que marchar de España para encontrar un empleo con mayor remuneración.
La “fuga de talento” que se está registrando hacia otros países europeos, tanto más grave por lo que representa de descapitalización de recursos humanos de jóvenes formados, contrasta con la falta de veterinarios que quieran ejercer, especialmente en el medio rural (animales de producción, industrias agroalimentarias, mataderos...), por lo que la OCV considera indispensable abordar este fenómeno y tomar medidas al respecto.
Por un lado, desde el propio sector, resulta necesario hacer un esfuerzo para intentar revisar al alza las perspectivas salariales de los veterinarios. Por otro lado, y en relación al problema concreto de la falta de profesionales en el campo, sugiere que las administraciones públicas creen incentivos para que graduados jóvenes inicien su carrera laboral en ese ámbito.
Ganadería como actividad económica
“Es algo que ya sucede en Alemania, Irlanda o Estados Unidos, donde existen ayudas directas en este sentido”, apunta Gonzalo Moreno, presidente de la Organización, quien precisa que se trata de fórmulas que beneficiarían además a comarcas de la España vaciada donde la ganadería representa una de las principales actividades económicas.
“Nuestra profesión, centrada en la sanidad y el bienestar animal, en la seguridad alimentaria de la granja a la mesa, en la protección de la salud pública, debería figurar en cualquier ecuación que trate de resolver el problema de la despoblación rural”, señala Moreno.
En Francia se actúa sobre los propios estudiantes de este grado, pero también sobre los profesionales del sector. Allí se han promovido en los últimos años decretos que instan a estudiantes y profesionales a ejercer en el campo a cambio de ayudas directas. Por su parte, en Estados Unidos algunos estados ofrecen incentivos fiscales y en todo el país se conceden ayudas directas de 25.000 dólares anuales durante los primeros tres años después de comenzar a ejercer en zonas rurales.
En Irlanda, el sector lácteo ofrece contratos de entre 60.000 y 80.000 euros anuales para atraer profesionales. En Alemania se debaten también medidas análogas. “Debemos estudiar todos estos modelos y proponer alternativas concretas, desde la colaboración institucional y el compromiso de nuestra profesión para afrontar un problema serio que, desde luego, no se soluciona con la apertura de más facultades”, concluye el presidente de la OCV.